Hola a tod@s!
Con la llegada del verano todos nos preocupamos mucho más por nuestra imagen. Dede hace meses se han puesto en marcha la operación bikini o acudir de forma regular a los gimnasios para estar lo mejor posible. Esto que a priori podría ser algo positivo para mejorar nuestra imagen y autoestima, puede tener consecuencias negativas derivando en diferentes problemas. Por ello, hoy queremos reflexionar sobre una posible consecuencia adversa: los trastornos de la alimentación.
Un trastorno alimentario implica más que simplemente hacer dieta para perder peso o hacer ejercicio todos los días. Se trata de comportamientos alimentarios extremos: por ejemplo, dietas que nunca terminan y que, gradualmente, se vuelven más estrictas. También guarda relación con personas que no salen con amigos porque creen que es más importante salir a correr para contrarrestar el dulce que comieron más temprano.
Los trastornos alimentarios más comunes son la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa (más conocidas como “anorexia” y “bulimia”). Pero existen otros trastornos relacionados con la alimentación que se están volviendo más comunes, como el trastorno por atracón, los trastornos relacionados con la imagen corporal o las fobias a determinados alimentos.
Anorexia
Las personas que padecen anorexia sienten un miedo real a engordar y tienen una imagen distorsionada de las dimensiones y la forma de su cuerpo. Es por esto que no pueden mantener un peso corporal normal. Se restringe la ingesta de alimentos haciendo dieta, ayuno o ejercicio físico excesivo. Apenas comen, y lo poco que ingieren se convierte en una obsesión.
Otras personas que padecen anorexia recurren a los atracones y las purgas: ingieren grandes cantidades de alimentos y luego tratan de deshacerse de las calorías induciendo el vómito, tomando laxantes, haciendo ejercicios físicos en exceso, o mediante una combinación de estas.

Bulimia
La bulimia es similar a la anorexia. En el caso de la bulimia, quien la padece se da grandes atracones de comida (come en exceso) y después trata de compensarlo con medidas drásticas, como el vómito inducido o el ejercicio físico en exceso para evitar subir de peso. Con el tiempo, esto puede resultar peligroso, tanto física como emocionalmente. También puede conducir a comportamientos compulsivos (es decir, comportamientos que son difíciles de evitar).
El diagnóstico de la bulimia se da cuando una persona recurre a los atracones y a la purga de manera regular, al menos dos veces por semana, durante un par de meses. Estos atracones no equivalen a situaciones como ir a una fiesta, comer cantidades excesivas de pizza y al día siguiente decidir ir al gimnasio y comer más sano.
Las personas con bulimia comen grandes cantidades de comida de golpe (generalmente comida basura o poco saludable) y suelen hacerlo a escondidas. Con frecuencia comen alimentos que no están cocidos o que aún están congelados, o sacan comida de la basura. Suelen sentir que no pueden dejar de comer y solo lo hacen cuando están demasiado llenos como para seguir comiendo. La mayoría de las personas que padecen bulimia luego recurren a los vómitos, a los laxantes o al ejercicio físico excesivo.
Si bien la anorexia y la bulimia son muy similares, las personas con anorexia suelen tener un peso inferior al normal. Por el contrario, las personas bulímicas pueden tener un peso normal o estar un poco excedidas de peso.
Trastorno por atracón (sobreingesta compulsiva)
Este trastorno alimentario es similar a la anorexia y la bulimia en que la persona se da atracones regulares (más de tres veces por semana). Pero, a diferencia de los otros trastornos alimentarios, las personas con este trastorno no intentan “compensar” el exceso con purgas.
La anorexia, la bulimia y el trastorno por atracón (o sobreingesta compulsiva) implican patrones de alimentación no saludables que comienzan de manera gradual y llegan al punto en que la persona no logra controlarlos.
Si estás teniendo problemas con la aliementación no dudes en comentárselo a tus seres queridos, que seguro que te darán el apoyo y cariño necesario para salir adelante. No dudes en ponerte en manos de un profesional que podrá ayudarte a gestionar este problema de forma efectiva.